martes, 1 de diciembre de 2009

Las historias nacen solas (1)

Eutasquio despertó más alterado de lo normal aquella mañana. Se levantó sobresaltado , como si una pesadilla hubiera inundado sus sueños esa noche.
Sin pensarselo dos veces se desprendió del pijama y se dirigió al cuarto de baño para darse su ducha matinal de agua fría. Sin cambiar su rutina, cogió el New Times mientras tomaba su capuccino con triple de azúcar. Tras tomar energía se coloco su traje de Victorio y Luccino , que esa misma semana se había comprado y le había costado el sacrificar el sueldo de todo un mes. Tomó el ascensor para llegar a la planta baja ,y dio los buenos días a la calle con unas gafas de pantalla blancas rematada con cristales de Svarosky valoradas en ochocientos noventa euros.
Comenzó a andar hacia su trabajo ,pero esta vez, para sorpresa del propio Eustaquio , escogió una camino distinto, no sabe la razón por la cual esa mañana le apetecía ir al trabajo atravesando en Parque Central pero la cuestión es que cambio la ruta habitual por una más larga.
Tras cinco minutos de caminata sin descanso algo llamó su atención, giró el rostro noventa grados , y allí lo vio, era un..................................................

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