lunes, 4 de enero de 2010

EL INTERTEXTO LECTOR

EL INTERTEXTO LECTOR

ANTONIO MENDOZA FILLOLA

La educación lecto-literaria se culmina con la consolidación de la habilidad para formular expectativas, de construir hipótesis de significado cuyo resultado es la interpretación del texto.

La recepción lecto-literaria es una actividad personal que está condicionada por los conocimientos y las referencias culturales del individuo, que componen su competencia literaria y su intertexto lector.

Cada acto de lectura/recepción activa conocimientos previos y a la vez enriquece la experiencia literario-cultural, es decir activa y amplía el intertexto del lector.

El cruce de textos genera los intertextos, o sea los espacios discursivos en los que un conjunto de textos entra en relación con un texto concreto. Además, hay que tener en cuenta que “el fenómeno literario, en todos los casos, es una dialéctica entre el texto y el lector”. Así pues los conceptos de intertexto del discurso e intertexto del lector permiten establecer las conexiones entre la actividad receptiva y comprensiva del lector.

La lectura siempre es una actividad de relación de conocimientos: la combinación de las aportaciones de la competencia literaria, de la competencia lectora y del intertexto lector determina la eficacia de la interacción entre el texto y el lector.

Mendoza continúa este artículo definiendo qué es el intertexto lector, qué funciones tiene, los ámbitos de aplicación, la recepción como confluencia de intertextos y la posesión de un intertexto lector por cada lector.

Me interesa remarcar el interés didáctico del intertexto lector: en el intertexto lector está una de las claves que pueden hacer viable la educación literaria a través de un desarrollo de la competencia literaria que ponga en activo los conocimientos y las referencias que acumula, es decir a través del establecimiento de conexiones y relaciones entre las referencias que pueden aparecer en un texto dado y las referencias que el lector vaya integrando en su saber literario.

La valoración de las posibilidades formativas del desarrollo del intertexto lector se plantea desde las bases de la recepción; y su interés en el ámbito de la educación literaria puede entenderse, además, desde los supuestos del constructivismo.

Así pues, la apreciación de la interdependencia, la copresencia y la vinculación de claves, indicios y referentes intertextuales en el discurso literario se convierte en la base de las razones para considerar que este planteamiento –centrado en lo receptivo y en las aportaciones del lector- adquiere un marcado carácter funcional en la educación literaria, porque permite:

- Conectar conocimientos y conceptos de diverso tipo;

Desarrollar actitudes favorables ante el hecho literario de manera generalizada; y

Adoptar criterios para valorar diversas producciones literarias, según la contigüidad de relaciones que mantienen y según la perspectiva desde la que se perciben.

Esencialmente, se pretende que el intertexto lector desarrolle las funciones de:

Identificación de la copresencia de otros textos.

Observación de la función lúdica y estética de la creación intertextual y de su reconocimiento.

Reconocimiento del cambio de valores de los distintos fragmentos y establecimiento de su nueva intencionalidad.

Comprensión del texto e interpretación-valoración del nuevo texto, en relación a otros textos similares.

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