miércoles, 6 de enero de 2010

CONSTANZA: CAPÍTULO FINAL

Tal era su felicidad que, al lado del rostro del resto de personas que la rodeaban, parecía realmente sacada de otro planeta. Muchos reían, comentaban, señalaban e incluso, mostraban gestos de desaprobación y menosprecio. Pero ella era feliz, todo lo que había vivido, todo lo que había visto, todo lo que había sentido y experimentado, podía mucho más, que todas aquellas expresiones ridículas que, para ella, no significaban nada, estaba disfrutando al máximo y nadie se lo iba a impedir.

Los más mayores reflejaban incredulidad y estupor por los cuatro costados, no lograban entender nada de lo que estaba sucediendo ni nada de lo que Constanza hacía, rompiendo moldes de moda, de roles, de tradiciones, en definitiva, de cautiverio y privación de libertad, a la que nuestra protagonista, se negaba rotundamente a claudicar.

Entre los más jóvenes comenzaban a surgir admiradores, le animaban, le imitaban, estaban auténticamente contagiados de ese aroma que desprendía todo lo que hacía Constanza, un aroma de libertad. A cada giro, mayor viveza, con cada paso, más belleza, la belleza de sentirse libre, de poder hacer realmente lo que le apetece y no lo que otros creen que debe hacer. Tanta era la multitud que la rodeaba que, entre giro y giro resbaló, con tan mala suerte, que se golpeó la cabeza contra la pared y cayó inconsciente al suelo.

Tras varias horas de reposo...

"¡RIIIIIIINGGGGGGGGGGGGGGG!"

- ¿Qué ocurre? ¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?

Era el timbre de la escuela. Constanza se había quedado dormida en la Biblioteca. Nada más despertar deseó, que todo aquello que le había tocado vivir allá por el año 1300...no le volviera a suceder nunca, ni a ella ni a nadie más. Se sentía una privilegiada, el destino le había concedido una 2ª oportunidad y no sólo eso, sino la oportunidad de poder escoger el tipo de vida que deseaba vivir de veras.

Sin duda, este hecho marcó la vida de nuestra protagonista y no lo hizo en balde. Siendo consciente de lo afortunada que había sido, decidió hacer todo lo posible para que, aquellos valores que le tocó vivir en un pasado y que estaban relacionados directamente con la desigualdad de género y la falta de libertad de cualquier persona en función de la condición en que hubiera nacido, no prevalecieran en esta "nueva" sociedad que le había tocado vivir.

Por ello, creció, maduró, estudió y pensó que no había mejor manera de pelear por los valores que defendía, que trabajando desde abajo del todo, con la semilla que crece y que sin duda, forma las sociedades de hoy y del futuro, los niños. Sí, habéis acertado, Constanza se hizo maestra. No había cosa que le llenara más que intentar formar "personitas" con esos valores que, aunque a ella se los robaron en un principio, junto con la familia, deben alimentar el espíritu de todos y cada uno de nosotros, vengamos de donde vengamos, seamos quien seamos y tengamos lo que tengamos: igualdad, libertad y respeto.

2 comentarios:

  1. Qué risa cuando empezamos,qué lio y qué bien hemos salido! Un saludo a todas

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  2. Nosotras podemos!! Esto lo decíamos al principio, y mirad que historia nos ha quedado. Estoy encantada con todas y con la aportación de cada una en particular. Me ha gustado muchísimo trabajar en este proyecto, y estoy muy satisfecha con el resultado (tanto nuestro como lo capítulos).

    Que seamos también cada una como Constanza: con los niños, en la base de la sociedad, la semilla,... Y termino como en nuestro libro: Igualdad, Libertad y Respeto.

    Un saludo a todas (y ¡FELIZ AÑO NUEVO! para quien todavía no he visto, jeje). Nos vemos pronto.
    Estíbaliz.

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