A mis 29 años, mi vida se ha convertido en pura rutina. La verdad, no me quejo porque, al fin y al cabo, vivo muy bien. Pero a base de los sueños de otras personas.
Mi padre se empeñó en que fuera jugadora profesional y,... lo consiguió. Juego en un equipo de volleyball de Barcelona, y también he jugado muchos partidos con la Seleción Española. Pero esto no se parece en nada con lo que yo siempre he soñado: ser diseñadora de interiores, profesión que no desarrollo por la rutina que supone ser deportista de élite.
Ahora vivo en Badalona, junto a mi marido, Dani, que desgraciadamente todavía no puede jugar con nuestra hija Verónica, de dos años. La culpa la tuvo un accidente de moto que ni siquiera él provocó. Ha pasado más de un año y aún continúa en coma.
Junto a su cama en el hospital me vienen a la memoria las hermosas flores que lucen el jardín de casa: esos jazmines que siempre han acompañado a mis regalos de cumpleaños con que Dani me ha obsequiado. ¡Y cómo no olvidar, además, el viaje de novios! Bueno, la luna de miel por aquellos exóticos lugares, en donde intentábamos imitar, sin éxito, las posturas de las patas de los flamencos. ¡Curiosos animales!
Por cierto, me llamo Georgina, pero todos los de aquí me conocen como Gigi.
Datos iniciales en la elaboración de "mi otro yo":
Número: 29.
Profesión: jugadora profesional de volleyball.
Lugar: Badalona.
Planta: jazmín.
Animal: flamenco.
Un saludo a todos y todas.
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